CRONICAS BAHIANAS 257
La Comandante Cero
Jesús Enrique Tinoco Gómez
La creación es de Cesar Hildebrandt en su podcast de esta semana, con base en la reciente encuesta de Ipsos, publicada en Perú 21. según la cual Boluarte apenas cuenta con un 2 % de aprobación a nivel nacional; si se considera que el margen de error del estudio de opinión es de +/- 2.8 %, por lo que la presidenta bien podría ya haber alcanzado el 0 % de aprobación en todo el Perú.
Cuando había comenzado la crónica me llegó la noticia: El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica murió a la edad de 89 años el martes (13), conforme informe oficial del presidente del país, Yamandú Orsi, en las redes sociales: "Con profundo pesar anunciamos el fallecimiento de nuestro colega Pepe Mujica. Presidente, activista, líder. Te echaremos mucho de menos, querido viejo. Gracias por todo lo que nos has dado y por tu profundo amor por tu pueblo", escribió Orsi en su X. No hay mucho que agregar, a no ser que cuando dejó la presidencia tenía 65% de aprobación. ¡Honor a este uruguayo de proyección universal!
Retornando al tema: es importante analizar el proceso que dio como resultado la “Comandante Cero”, porque el Perú ya comenzó un proceso semejante, ¡las elecciones de 2026!
De manera semejante a estas, las elecciones de 2021 comenzaron altamente fraccionados, tanto a la derecha cuanto a la izquierda, se presentaron 23 candidaturas, de las cuales el Jurado Nacional de Elecciones aprobó 18 y elimino los cinco restantes, entre los cuales la candidatura de Pedro Castillo, teniendo como vicepresidente a Dina Boluarte, en la chapa presentada por el partido Perú Libre, que se declara “marxista – leninista – mariateguista”, donde Castillo era candidato invitado, no es del partido; en consecuencia se suponía que Dina Boluarte fuese “marxista – leninista – mariateguista”; ahora se sabe que no es eso, ni nada.
En el escenario internacional seguía en curso el enfrentamiento entre dos opciones de ordenamiento del poder: una propuesta en vigor de hegemonía unipolar liderada por Estados Unidos de Norteamérica y otra emergente de ordenamiento multipolar, enfrentamiento que continua en la actualidad.
Dina llegó a la presidencia en sustitución de Pedro Castillo después del golpe del 7 de diciembre de 2022. Golpe “fallido” de Castillo según la versión predominante, esto es, fue un intento de golpe conducido por Castillo, que al no dar resultado provocó que fuese vacado, preso y enjuiciado por presuntos delitos de rebelión, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública en agravio del Estado. En mi evaluación particular el golpe no fue “fallido”, ocurrió exitosamente, solo que quien dio el golpe no fue Castillo sino la cuadrilla que hoy está en el gobierno.
Aquí es oportuno definir lo que entendemos por golpe; consultando varios autores que enfatizan la evaluación histórica del concepto podemos hacer un enunciado practico:
Golpe de estado es la Actuación por la que un sector del Estado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes, la acción puede o no ser violenta, frecuentemente hacen parte del movimiento un grupo militar o las fuerzas armadas en su conjunto; de lo contrario la actitud de las fuerzas armadas fluctúa entre neutralidad y complicidad. Es importante destacar que el actor clave es un sector del Estado; si fuera del pueblo estaríamos ante una revolución.
A partir de este enunciado queda claro que Pedro Castillo no dio, no podía dar un golpe; el presidente a pesar de su investidura, no es un sector del Estado; pero, ¿y el mensaje que leyó? ¡Todos lo vimos! Es verdad, cometió una falta constitucional grave; intentar disolver el Congreso sin causal que lo justifique, esta falta o delito esta prevista en la Constitución y supone un juicio Constitucional, que podría llegar hasta su vacancia.
Ocurre que había un sector del Estado, con elementos de los tres poderes e, inclusive, de las fuerzas armadas, que venían preparando el golpe, la lectura del mensaje de Castillo definió el timing preciso para ese fin y en dos horas y media festinaron los procesos legales y aplicaron el golpe. En 2023 escribí un artículo sobre este tema, que continúa valido, pueden visitarlo en (<https://ctscafe.pe/index.php/ctscafe/article/view/250/234>).
En realidad, el comportamiento golpista contra Castillo comenzó con su elección. En las elecciones de 2021, en la primera vuelta las baterías de la derecha estuvieron centradas contra la candidatura de Verónica Mendoza, quien fue eficientemente masacrada, apenas llegó a un tercio de la votación que había obtenido en las elecciones anteriores, donde uno de los elementos centrales fue el uso del espectro de comunicaciones, midia que le dicen, diarios, radio, TV incluyendo noticias y programas de entretenimiento, redes sociales e, parte de la academia; todo lo que contribuye a la formación de la opinión publica o simplificadamente, orienta como piensa la gente.
De otro lado, el partido Perú Libre invitó Castillo a ser candidato porque su secretario general, Vladimir Cerrón no podía debido a la condena por corrupción que recibió en 2019, sentencia que había sido apelada pero que para la justicia electoral era causal de impedimento.
Un factor clave en esta disputa electoral fue el hecho de estar celebrándose el bicentenario de la independencia nacional, donde la descolonización inconclusa en lo cotidiano se traduce en la discriminación y el menosprecio de la derecha por todo el resto del país, haciéndose más evidente en esa coyuntura.
Después del revés de la primera vuelta la derecha se reagrupa en torno a la candidatura de Keiko Fujimori, la consigna implícita es que Castillo no puede ser elegido e, inmediatamente comienza un enfrentamiento sin cuartel del estilo “todos contra Castillo”, inclusive Castillo, que ya en esa época comienza a evidenciar una propensión a auto boicotearse; pero, a despecho de todo ello, Castillo gano o, más propiamente, gano la esperanza de cambio: ¡no más mistis!, ¡uno de los nuestros en Palacio!, no necesariamente una elección entre derechas e izquierdas. Si la derecha entendió ese mensaje de la ciudadanía, no sé decir, pero es evidente que ni Castillo ni Perú Libre lo entendieron ¡creyeron que los votos eran de ellos!
En el ejercicio del cargo Castillo mostró que no tenía apenas vocación de auto boicot, evidenció otras incompetencias y se vio envuelto en casos de corrupción. La incompetencia en el Perú no es delito y, en tesis, la respuesta será en la aprobación o no de la gestión, que puede llegar a ser revocada en la siguiente elección; los actos de corrupción están previstos en la legislación vigente y deben transitar ese camino, camino, convengamos, tortuoso y no siempre eficiente.
Por lo tanto, no hay nada que justifique el golpe que le fue aplicado a Castillo o, traduciéndolo: su destitución es ilegal y la cuadrilla actualmente en el poder también lo es y, como se puede verificar, la respuesta de la ciudadanía, a pesar de la acción permanente y agresiva del frente midiatico ya no puede ser maquillada por las encuestas, nadie los quiere.
Resumiendo: la “comandante Cero” y la mayoría del Congreso están en esos puestos como resultado del golpe aplicado contra Castillo;
Castillo legalmente debería retornar a su cargo y rendir cuentas a la ciudadanía en lo que se refiere a su gestión, así como a la justicia en los casos en que infringió la Ley;
La “comandante Cero” en lugar de pedir pasajes para Roma debería irse a su casa. ¡Debería! Pero no solo no hay nada que indique que lo hará como, según noticia de ultimo minuto, consiguió autorización de sus socios.
Tal parece que lo único positivo, en concreto, es el sentimiento de rechazo a la situación actual evidenciado por la población; el desafío inmediato es convertirlo en propuestas políticas aglutinadoras.
¡Nada fácil! Pero necesario.
Hasta breve.
Jesús Enrique Tinoco Gómez
Salvador, 14 de mayo de 2025.